“Las intrusiones cibernéticas aumentan cada día, tienen una rápida evolución y se vuelven más sofisticadas, lo que representa un desafío para las organizaciones con respuestas de ciberseguridad más tradicionales. Ante este entorno, la Inteligencia Artificial (IA) es una de las aliadas principales de la ciberseguridad, para analizar cantidades masivas de datos de riesgo y así poder tener una detección temprana de amenazas”, explicó Gustavo Chapela, Director de KIO Cyber Security.
La Inteligencia Artificial permite -entre otras ventajas- automatizar procesos estandarizados, repetitivos y con un amplio volumen de datos, conservando un elevado nivel de protección y optimizando los recursos al enfocar al personal en tareas críticas de mayor complejidad. Además, los algoritmos pueden evolucionar constantemente con el continuo análisis y construir estructuras interpretativas de datos más complejas y efectivas.
En este sentido, se vuelve particularmente valioso poder analizar -proactivamente- hasta 500 millones de indicadores de ataque por minuto, que se traduce en un aprendizaje automático de eventos, los cuales pueden ser correlacionados, así como categorizar los ciberataques, permitiendo al sistema de ciberseguridad detectar patrones y realizar predicciones para identificar amenazas en tiempo real, así como desarrollar de manera coordinada respuestas de mayor efectividad.
Gustavo Chapela detalló que, ahora más que nunca, los datos son los activos más importantes de una empresa, organización o institución y es necesario implementar tecnologías que respondan a las cambiantes amenazas del nuevo entorno y aseguren la mejor protección para sus operaciones.
Redacción C21